Es un tema harto complicado esto de expresar lo que uno siente. Podría escribir páginas y páginas, dando mi opinión, escribiendo historias. Pero cuando de sentimientos se trata...
¡ Uf! Eso es harina de otro costal, será que hay que estar hecho de una pasta especial para expresar lo que se siente con facilidad. Tengo que reconocer que poner el corazón a merced un tercero; no sé si son las cosas de la edad, pero cuanto mayor se hace uno, más cuesta. Y no es por egoísmo, ni por dejadez... simplemente que una se cansa de que se lo hagan añicos cada vez que lo abre y empieza a latir.
Vivimos rodeados de señales, todos los que nos rodean las emiten sin que nos demos cuenta. Y no sé si esto os pasa también, pero, en ocasiones nos tropezamos con personas que no emiten señales. A mí, esto me produce un gran desconcierto. Pues necesitamos esas señales que nos mandan desde le exterior para ubicarnos, por eso tus señales son importantes.
Cuando son nuestros sentimientos los que están en juego, en muchas ocasiones las palabras se quedan cortas, o simplemente se aturrullan en nuestra cabeza incapaces de salir al exterior. Personalmente, cuando consigo encontrar el valor de sacar a la luz estas palabras que me cuesta pronunciar, me gusta enfatizarlas con metáforas, y como no, con cócteles, bebidas... y flores.
Pues es buen modo de dar vida a los sentimientos.
Por ejemplo, un Negroni, pero no un negroni cualquiera, sino este mi Negroni, pues en él he conseguido reunir el valor suficiente para decirte, cuánto necesito una señal.
En este Negroni se unifican lo clásico y lo moderno. Una perfecta armonía, para hacerte saber que mi reino por una mirada tuya. Que sólo me ha bastado sentir el suave aliento de tu respiración sobre mi piel para sentirme viva. Ni imaginarme que sentiría con el roce de tus dedos sobre mi piel.
Es un cóctel con encanto, creado alrededor de 1919, en Florencia, en el Café Casoni, por el barman Fosco Scarcelli. Quien creó el Negroni a petición del conde Camilio Negroni, pues éste estaba cansado ya de su cóctel favorito, el Americano.
Los ingredientes de este singular Negroni, son:
Geranium Gin: Una ginebra creada por Henrik Hammer, quien, tras numerosos estudios ha conseguido extraer los aceites esenciales del geranio, y combinarlos con el enebro, limón, cilantro, cassia, angélica, regaliz, entre otros botánicos, de los que está
compuesto esta ginebra.
Destilada en Birmingham, en Langley Distillery. Henrik ha conseguido una ginebra
soberbia, con el toque justo de una London Dry, pero con discretas connotaciones del geranio; por lo que a su vez, es aromática y redonda; compleja en definitiva.
Geranio para decirte que te prefiero a ti sobre todos; que daría todo cuanto poseo
para que tus miradas fuesen para mí, por un beso tuyo.
Campari: De sabor amargo, como amarga es la espera, con esta calma que impera a mi alrededor.
Campari, color rojo pasión muy característico, es una receta que ha permanecido inalterable desde su creación, la cual está celosamente guardada, y son muy pocos las que conocen el número exacto de ingredientes, se dice que son entre 20 y 60 ingredientes.
Y con tanta calma, en muchas ocasiones tan sólo quiero gritar, para al menos oír mi eco y saber que sigo en el mundo de los vivos, y ya no sé si de los cuerdos.
Por eso, porque se hace ingauantable tanto tiempo de enloquecedora quietud, porque necesito algo de movimiento. Por ello, te una señal.
Carparo Antica Formula: El aperitivo dulce idóneo para realzar clásicos.
También llamado, “ terciopelo rojo”. Poner a flor de piel las emociones, arriesgando mi cuello bajo la guillotina, que tan sólo tú puedes accionar. Pero asumo el riesgo, pues quiero hacerte saber que me muero por tener algo contigo.
Este aperitivo dulce está compuesto por vainilla, especias, frutos secos, cáscara de naranja y tiene algunas notas a tabasco. Mezcla sugerente y original con un toque picante. En definitiva una tentación exuberante y descarada. Así que deja volar tu imaginación y emite alguna señal.
El modo de preparación... En el fondo, soy una clásica y me gustan las cosas a la antigua usanza, pero
aportándole un pequeño toque personal. En vaso old fashioned, máximo dos cubitos de hielo, directamente al vaso se añaden los tres ingredientes a partes iguales. Se decora con rodaja de
limón... Bueno, no, mejor; con un toque moderno, minimalista y discreto... la forma más sugerente de seducir... Una pizca de cristales de Campari deshidratado espolvoreado.
Y esta es mi señal y mi modo de pedirte... sí, sí, aunque tú no lo sepas, aunque nunca nos hayamos visto ni hablado personalemente, y ni te des por aludido, me refiero precisamente a tí; no, nooo... no gires la cabeza buscando a alguien a tu alrededor... ¡ Necesito una señal tuya!
Así, que deja correr tu imaginación, saca valor y, por favor, mándame
una señal.
El mío es el Negroni, ¿ cúal es el tuyo?
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