Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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miércoles, 2 de febrero de 2011

Cola de mono... Cositas con café

( ENGLISH VERSION click here)

Hoy es uno de esos días de lluvía en los que no tengo ganas de ser.

Un día de esos en los que una se vuelve melancólica. De repente, mi cabeza divaga por rincones recoletos de mi existencia, rincones casi olvidados... Hoy es un día de esos en lo que vuelve a mi memoria esa lista de, “ Cosas que quiero hacer antes de morir”. Una lista repleta de sueños, deseos, anhelos, proyectos... de cositas con café.

. Mmmmm... cafeína, ¡ me encanta la cafeína! No me extraña que sea tan adictiva. Una vez probada, ¿ quién puede resistirse a ella? En nuestros denodados esfuerzos por acabar con esa adicción, por mucho que nos propongamos eso de, ¡ nunca más!, tarde o temprano, volvemos a recaer.

En mi opinión, es un placer recaer en ese aroma, ese gusto, esa estimulación para el ánimo, en ese estado de bienestar... saborearlo, degustarlo, olerlo... aunque sea por un instante... O mejor dos, pero habrá valido la pena haber disfrutado de esa cosita con café.

Eso sí, aunque para gustos no hay nada escrito. Me considero una selectiva adicta a la cafeína, no me conformo con cualquier café. Éste debe gustarme y apetecerme de verdad. Persigo la calidad, no la cantidad. Animal de compañía, nunca de rebaño.

Y si en algún momento considero que el café escogido no me va a convencer, lo descarto, no bajo el listón.

Hoy tengo ganas de cafeína, disfrutar de un buen café... de hacer cositas con café, como este cola de mono.

En mixología, el café es un ingrediente muy inspirador, aromático, sólo su aroma nos produce un estado de placer y bienestar que es muy difícil describir, y del que es muy difícil escapar... ¿ Os suena esta sensación? ¿ A qué os recuerda?

Aparte, el café es un ingrediente que en mixología da muy buenos resultados, se pueden obtener gamas de sabores y percepciones muy agradables y curiosas, tan sólo hay que atreverse a probar.

Combinado con otros ingredientes, obtenemos muchas sensaciones añadidas que jamás pensaríamos que ibamos a conseguir...

El cola de mono es un cóctel típico chileno, que por su increíble sabor es idóneno para cualquier época del año. Tras mucho buscar y deliberar, he decidido que, dispuestos a hacer cositas con café, cada uno debe poner su sello personal, su esencia. Así que he creado mi propia versión del cola de mono que me gustaría compartir contigo.

Así, los ingredientes de este, mi cola de mono son:

  • 1 pizca de canela en rama. Afrodisíaco de todos los tiempos por excelencia... para aumentar un poco la líbido.

  • 1 vaina de vainilla. Aroma suave que da un toque especial y discreto. La vainilla gusta más, cuánto más discreto es su toque... el arte de la seducción no consiste en mostrar; sino en insinuar.

  • 4 clavos de olor. Aroma fuerte, picante y penetrante. El clavo produce un efecto positivo y estimulante, fortalece la memoria, alivia estados depresivos... Y, repele insectos... Interesante, moscones indeseables, ¡ fuera!

  • 2 onzas de pisco. De todos es sabida la eterna guerra entre Chile y Perú acerca del origen de esta ancestral bebida, que está empezando a ser reconocida a nivel mundial. No me voy a decantar por uno u otro. Algo a reconocer que en ambos países se elabora pisco de muy alta calidad.

    En este cóctel da el toque exótico y misterioso que hace falta para crear un ambiente original, agradable y misterioso a esta velada... para poder disfrutar de esta dosis de cafeína.

    Para este cóctel, al ser de origen chileno, me he decantado por un pisco chileno, el Pisco Tres Erres Especial 35º. Un pisco de color ambarino y sabor a madera suave, a vainilla y a almendra; pero sin hacer sombra al gusto de las uvas moscatel de Aljandría que es el ingrediente base de todo pisco. Tiene un delicado proceso de destilación y añejamiento en barrica de roble americano.

  • 1 onza de Kalhúa, licor de café rey, de origen mexicano. Hecho con granos de café arábigo , y muy característico por su aroma y sabor a café. Y por su textura densa y suave.

  • Y, ¡ por supuesto! 1 onza de café espresso... Aroma intenso del café en su estado más puro, el alma de este cóctel.

Su preparación, sencilla y para disfrutarla, es la siguiente:

Maceramos la canela, la vainilla, el clavo y el pisco en la coctelera... Macerar, de manera firme pero a la vez con suavidad; con energía, pero con mimo; para poco a poco extraer entremezclar todo ese torbellino de aromas y sabores exóticos, a la par que deliciosos. Hay que hacerlo lentamente, pero con perseverancia, hay que dar tiempo a los ingredientes para que se mezclen correctamente entre sí, nunca hay que apurar.

Para luego, una vez preparado el ambiente, añadimos el café, todo el café, en todas sus formas y en la mejor de ellas, el Kalhúa y el café espresso; en la coctelera.

Agitamos con energía, y vertemos el contenido en copa de martini realizando el doble colado.. Decoramos con un stick de canela... y voilá...

¿ Te vienes a tomar café?