Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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domingo, 18 de julio de 2010

Manhattan, ¿ mejor sólo?

" Vives igual que sueñas, sólo.", esta puede ser una buena frase para enunciar un aguardiente clásico entre los clásicos, el whisky. Indudablemente, la mejor forma de tomarlo es así, sólo, ya que es la mejor manera de disfrutar de su sabor.
Pero evidentemente todo depende del prisma desde donde se mire.
Algo muy similar pasa en la naturaleza humana, buscamos amigos, pareja, hijos, de manera instintiva tan sólo por un único motivo, evitar la soledad de forma casi obsesiva. Nos aterra la idea de sentirnos solos, pero sin pararnos a pensar que en muchas ocasiones es mejor la soledad. Buscamos compañía porque tenemos la idea de que seremos más felices sin darnos cuenta que se puede convertir en una pesadilla.
Mi opinión al respecto tiene dos vertientes muy claras, por un lado creo que obsesionarse y buscar compañía a toda costa es una opción muy poco acertada, tanto la amistad como el amor debe ser animal de compañía, nunca de rebaño. Lo que recomendaría hacer en este caso es aprovechar esa soledad para conocernos y valorarnos mejor, para querernos.
Y mirando la soledad desde el otro lado del prisma, es decir, aquéllos que buscan compulsivamente la soldedad, aquéllos que tienen como lema " Conservar mi propio espacio.", en este lado del prisma se ha de tener cuidado ya que se puede convertir en un vicio, sin darnos cuenta nos volvemos personas cada vez más hurañas, egoístas, cada vez nos molestan más las personas a nuestro alrededor. Hasta que llegue el momento en nuestras vidas en que el vacío de ese mundo ideal de soledad que nos hemos creado nos asfixie, y entonces se nos vuelva una pesadilla.

De forma muy parecida se podría describir el whisky, es un aguardiente que se obtiene tras la destilación de un mosto fermentado de cereales tales como, cebada, cebada malteada, centeno, maíz. El origen del whisky es incierto ya que se tiene poca documentación sobre ello, lo que sí aseveramos es que tiene multitud de procedencias y, dependiendo de la procedencia y del tipo de envejecimiento obtendremos diferentes whiskies de muy variadas características.
Volviendo al tema que estábamos tratando, la mejor forma de tomar el whisky es sólo para poder captar mejor su sabor. Ahora bien, hay momentos en los que la combinación del whisky con otros ingredientes puede ser una acertadísima elección. Dependiendo el whisky que empleemos en cada cóctel se le conferirán a éstes diferentes propiedades.
Un excelente ejemplo de combinación del whisky el es cóctel Manhattan. Fue creado por un barman del Manhattan Club a finales de la década de 1870, por encargo del juez Charles Henry Truax, ya que éste quería encontrar un cóctel para así evitar tomar martini ya que su médico le había recomendado dejar de tomarlo porque le hacía engordar.
Inspirado en Nueva York, su sabor es seco o dulce dependiendo del vermouth que se utilice.
Y es un cóctel de aperitivo.
Ingredientes:
2/3 Whisky canadiense o bourbon.
1/3 Vermouth ( seco o dulce).
Aceituna ( en el caso de ser vermouth seco) o guinda ( en caso de usar vermouth dulce).

El whisky canadiense es más suave y ligero que otros estilos de whisky. Otra característica de este whisky es el uso de centeno malteado que le profiere más sabor y suavidad.


Preparación:
Se vierten el whisky y el vermouth en vaso mezclador con hielo, se remueve para mezclar ingredientes y se vierte colando el hielo en copa de cóctel previamente enfriada.
Se decora con aceituna y espiral de cáscara de limón en caso de usar vermouth seco; o bien, cambiar aceituna por la guinda en el caso de usar vermouth dulce.

En conclusión, hay que buscar el equilibrio, estar solos, sí, por supuesto, está bien disfrutar de momentos de soledad para conocernos mejor, para querernos. Pero eso sí, también recomiendo no enviciarnos en esa soledad, de tener el valor de salir de ese estado y buscar momentos de compañía, de disfrutar de los demás, para así evitar que se nos agríe el carácter.