Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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lunes, 10 de octubre de 2011

Cóctel al romero, una cuestión de fe.

Eco, eco, ecooo... Pero, ¿ cuánto tiempo llevo durmiendo? Y menudo sitio tan lúgubre he elegido para hacerlo.
¡ Qué oscuridad! No se puede discernir la realidad y que mal se respira aquí, algo me oprime el pecho y no me deja ser como soy. 
¡ Qué agobiante esta sensación! Pero, por favor, ¡¡¡ qué alguien me saque de aquí!!!........................................
Esa que grita socorro, no sé desde donde, es mi imaginación. No me explico cómo ha sucedido, pero de repente me di cuenta que había desaparecido, y con ella mi esperanza y mi ilusión.
Sí, ya lo sé, soy una despistada, pero la he perdido. Y desde que ella no está, la cabeza me pesa, se angustia constantemente con todo lo que la rodea, con la monotonía, las preocupaciones, el stress, la soledad, con cualquier tontería en definitiva. 
Ya no me puedo evadir ya no tengo vida interior.
Por favor, si alguien la encuentra que me la haga regresar. Decidle que la añoro, que la necesito, que vuelva junto a mí de nuevo, porque la vida sin ella no tiene sentido ni color.
Lo he intentado todo, me he zarandeado, me he dado golpecitos a ver si se le quita la tontería a esta cabeza dura. 
Mira que se lo tengo dicho, que no se deje llevar por pensamientos pesimistas, que no se sumerja en ese efecto sumidero de energía negativa como si de un agujero negro se tratase. Pero nada, como cabezona que es ahí se fue en picado.
Y ahora me toca tomar cartas en el asunto, siempre me toca sacar de apuros a esta dura cabeza mía.
Me puse manos a la obra, tras muchos intentos fallidos intentando convencerla en vano de que todo ese bloqueo mental está en ella misma, que estas cosas le pasan por esa tendencia y mala manía que tiene de encerrarse en sí misma. Le he dicho hasta la saciedad que la imaginación volverá en cuanto deje de aburrirla con la negatividad a la que le tiene acostumbrada. Pero nada, ella sigue erre que erre en sus trece. 
Algo que me ha enseñado la vida es que la solución a muchos de nuestros dilemas llegan por casualidad, cuando menos lo esperamos, cuando ya no lo buscamos.
Y así, de ese modo fue como conocí a Alberto Pizarro, muy grata coincidencia por cierto, y fue él quien me dio la solución al dilema al que se enfrentaba mi cabeza.
Alberto, quien ha participado  recientemente en la Gran Final de la Diageo Reserve World Class; brilla con luz propia en el Bobby Gin, un local situado en pleno barrio de Gracia y especializado en ginebras, donde no sólo se puede disfrutar de una buena ginebra bien servida, sino que también se puede descubrir más sobre este destilado. Mundo del que en el Bobby Gin abren las puertas de par en par.
Pues ahí me hallaba yo en pleno bloqueo, en medio de ese laberinto del que parecía que nunca iba a salir. Y de repente hubo algo, un pequeño detalle que me hizo reflexionar, que me despertó de ese agónico letargo.
Por la más pura casualidad la solución al bloqueo de mi cabeza se encontraba en un cóctel con romero, pero sin romero... Sí, ya sé que parece complicado, pero es una simple cuestión de fe. Cuando el camino parece que se torna oscuro, cuando crees que la mala racha no termina, es una cuestión de concentrarse en pensar en positivo, aunque en esos momentos no lo veamos claro hay que tener la certeza de que la luz volverá tarde o temprano. No hay que mirar la vida como el final de una historia, sino como el comienzo de otra mucho mejor. Pero recuerda, lo más importante es no perder jamás la fe. 
El cóctel de Alberto Pizarro, contiene romero aunque no lo esté, pero tiene presente su esencia, sus propiedades curativas, sólo hay que concentrarse en pensar que sí que lo tiene.
Los ingredientes de esta cuestión de fe son los siguientes:
Geranium Gin, una ginebra fresca, suave, que a pesar de ser una London Dry, se caracteriza por el aroma a geranio y su ligero color rosado.
Geranio para decirle que la prefieres, que la quieres a ella por encima de todo. Venga cabeza, dile a la imaginación que la necesitas.
Génépi Amaro:  Licor dorado, licor de Saboya que se elabora a partir del genepí, una planta aromática que crece en las altas montañas de los Alpes, algunas de las cuales pertenecen al grupo de las Artemisia. Éstas son, Artemisia genepí y Mutellina artemisia, el blanco y el negro que crece espontáneamente dentro de nosotros, al igual que estas hierbas en los Alpes. 
Lo bueno y lo malo crece dentro de tí, la única diferencia, que tú decides cual de las dos debe predominar.
A este amaro se le atribuyen propiedades curativas y es amargo como la hiel, para tener siempre bien presente que el camino no va a ser un sendero de vino y rosas.
Marrasquino Luxardo: Un delicado licor dulce e incoloro, hecho a base de una variedad de cerezas llamada Marrasca. Este destilado fue creado a principios del s. XVI por los boticarios del monasterio dominicano de Zadar. En sus comienzos fue considerada una bebida para priviliegiados, ya que se le atribuyeron propiedadades medicinales y alrededor del s. XVIII se empezó a comercializar. Un aficionado a esta bebida fue Napoleón Bonaparte y antes de llamarse Marrasquino se la llamó Rosolj, el rocío del Sol.
Zumo de lima: frescura y acidez, ante situaciones extremas o de bloqueo lo mejor, reírse de uno mismo, réstale importancia a los problemas con una sonrisa, verás cómo éstos terminan por desaparecer.
Bitter de apio: ingrediente existente desde el s. XIX, que amplía la gama de sabores y aromas a muchos cócteles. Hay que ampliar las miras, abrir la mente para dejar que la fe tome partido en nuestras vidas.
Y para finalizar la parte más importante, la decoración, una ramita de romero. ¿ El porqué? Querida cabeza eso es una cuestión de fe.
¡ Salud!