Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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jueves, 9 de junio de 2011

Three, the perfect number... el número de la felicidad, tu número.

TRADUCCIÓN/ TRADUCTION
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¿ Qué es la felicidad? ¿ Y eso me lo preguntas tú? 
Hoy tengo ganas de contar, un cuento, una historia; pues es hora de contar, pero no hasta uno ni dos, sino hasta tres. Te voy a contar las razones por las que te vas a empezar a querer. Son tres, pero que van en dos, es decir, son seis en total. O lo que es lo mismo, factorial de tres ( 3!= 6), ¿ ves? Otra vez tres, el número perfecto.
Cuenta la historia que son tres las razones que hay que dar para que te quieras un poquito más.
Pero espera, no puede haber una buena historia sin un ambiente adecuado. Vamos a darle aroma a la situación, a vainilla y chocolate, y con un cóctel ahumado. Dos aromas que se complementan a la perfección, y juntos son el mejor remedio para los males que afectan al ritmo cardíaco... MMmmm, ya empieza a haber ambiente.


Un cóctel con tres ingredientes que van en dos, un total de seis, múltiplo de tres... ¡ Ah! Que no se me olvide, y un ingrediente secreto.
Número 1: Maker’s Mark whisky y bitter chocolate. 
El aroma y sabor característico de un buen bourbon, intenso y a la vez suave. De color ambarino brillante, el color de la vida. Aroma a caramelo con cierto toque a vainilla. 
Y  el primer pedacito de historia: date un capricho, sáltate alguna que otra regla, haz algo inesperado, rompe con la monotonía... en definitiva, siéntete libre, aunque sea sólo un instante.
Renuévate, como el bourbon, que se envejece en barrica de roble nuevo. Es decir, cada barrica se utiliza una sola vez.
Y todo ello enfatizado con el bitter chocolate, abrir nuestras vías sanguíneas y darnos cuenta de que corre sangre por nuestras venas.
Max La Rocca en el Boutique Bar
Número 2: Cognac y bitter orange.
Cuando el alcohol se transforma en un placer saludable y una sensación de calor interno aderezada con la vitalidad de la naranja.
Y el segundo pedacito de este relato: Sé firme y robusto, del mismo modo que el cognac, vuela y persigue tus sueños, pero siempre teniendo los pies lo suficientemente cerca del suelo, primero para caer de pie, y segundo para no desviarnos del camino; fíjate un punto como objetivo y dirígete a él sin detenerte siquiera en mirar para los lados.
Número 3: Ron Santa Teresa y bitter angostura.
Ron venezolano por excelencia. Producido en la Hacienda Santa Teresa fundada en 1796. De luminoso color dorado, con un aroma que evoca la caña dulce. Un gusto con notas ardientes y sutil toque a madera.
Ron suave, de cuerpo ligero, firme pero terso al mismo tiempo. Enfatizado con el bitter angostura, que se conjuga muy bien con el extremado dulzor del ron.
Y el último pedacito de esta historia: Toma consciencia de lo que vales, que es mucho. Aunque en los momentos bajos pienses que no es así; ten la certeza de que eres un mundo para alguien.
Piensa que al menos yo, pienso en la suerte que he tenido de haber coincidido contigo en esta vida.
Para completar, sirope de vainilla, la mejor expresión de la sutileza de una suave caricia. Saber disfrutar de los pequeños detalles que la vida nos va dando.
Giuseppe Santamaría en el Boutique Bar
Método de elaboración, en primer lugar, como no, creamos el ambiente, ahumamos, lo que confiere al cóctel un carácter contundente pero de una forma muy balanceada.  Para ello, en un decantador   muy frío ( cuánto más frío, más tiempo se retendrá el humo dentro de él) le añadimos, mediante una pipa “super aladín”, el humo con aroma a vainilla y chocolate, con hojas de puro aromatizadas. 
Seguidamente, en vaso mezclador añadimos los ingredientes, luego añadimos hielo y removemos, hasta dejarlo muy frío.
El siguiente paso, vertemos el contenido del vaso mezclador en el decantador con el humo. Mecemos en círculos el decantador para que se impregne con el humo... Hay que tener muy en cuenta, el líquido no debe estar mucho tiempo en contacto con el humo, tan sólo hay que darle cierto caracter, no saturarlo.
Y por último, servimos en vaso on the rocks con hielo... 

... Y Mmmm, he aquí una buena dosis de carácter y dulzura...Uppssss!! Se me olvidada, el ingrediente. Aunque parezca una nimiedad, es el más importante de todos ellos. Es el ingrediente intrínseco, la pasión, el cariño, su eterna sonrisa, pero de esas que son por dentro y por fuera, de esas que reflejan el brillo del alma del creador de este Three, the perfect number, de Max la Rocca, “ a good man to know”, elegido mejor bartender en el año 2010, y una palabra que lo define a la perfección, brillante, ya no sólo profesionalmente; sino BRILLANTE, por dentro y  por fuera.



Así, la primera lección para empezar a quereros es pasar por el Boutique Bar en el Ohla Hotel Barcelona, y dejaros mimar por Max la Rocca, quien junto con Giuseppe Santamaría, harán las delicias, no sólo de vuestro paladares, sino de vuestra autoestima.


¿ Qué es la felicidad? Que ironía que me lo preguntes tú, querido amigo, la felicidad, eso eres tú.
... Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.