Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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martes, 8 de marzo de 2011

Sweet Moai: casi un ángel.

(ENGLISH VERSION)

Dejándome llevar por el pesimismo presente en mi entorno. Para esta ocasión, me he hecho la siguiente pregunta, ¿ cuáles serían las seis peores cosas que me podrían pasar en un sólo día?

Y precipitándome en esa negatividad reinante en el ambiente, he llegado a la conclusión..........


... ¡ Hola! ¿ Hay alguien ahí?... Mejor, empiezo presentándome, soy Ciro. Antes de comenzar, quiero disculparme por interrumpir a la autora de este blog. Pero os aseguro, que nadie mejor que yo para escribir sobre las seis peores cosas que te pueden pasar en un sólo día.

Se me ha olvidado comentar un pequeño detalle, estoy muerto. Hace unos días dejé de pertenecer al mundo de los vivos, y bueno, ahora mismo no sé muy bien cómo definirme, supongo que soy una especie de cuerpo celeste, o algo así. No estoy vivo, de eso estoy seguro, pero no sé si estoy en el cielo o en el infierno, o en medio... En realidad, ni siquiera estoy seguro del tiempo que llevo en este estado... son las cosas de la eternidad.

Al igual que la chica a la que acabo de interrumpir, siempre me ha apasionado la coctelería y la mixología. Así que, siguiendo su protocolo de actuación, quiero invitar a todo el que quiera leer este relato, a probar un cóctel idóneo para esta ocasión

, un “ Sweet Moai”.

Este cóctel fue creado por Alessandro Paiva, de Belo Horizonte, Brasil. Y creador del blog “ Cocktail Pour Mes Amis” http://pourmesamis.com.br/ , donde expone y describe sus creaciones, singulares y fascinantes, de un modo muy original.

Volviendo al “ Sweet Moai”. Hay dos características que me llamaron la atención de él. La primera, su alcohol base, el pisco, concretamente; el Capel Moai Reserve. Este pisco chileno, proviene de uva pisquera moscatel en un 100%, y envejecido en roble americano. Es de color ambar intenso, aroma frutal y toques a madera. Algo muy curioso es la botella del Capel Moai, la cual emula a una estatua Moai, típica de la Isla de Pacua. Se cree que los habitantes polinesios entre el s. XII y s. XVII, construyeron estas estatuas representando a sus antepasados difuntos, para que así proyectaran su poder entre sus descendientes.

Este sería yo.

La segunda, es que son dos cócteles en uno. Lo bueno y lo malo, entrelazados como si fuesen uno. Dos formas diferentes de afrontar una misma realidad.

Esto es lo que quiero exponer.


Los ingredientes de este cóctel son:

2 onzas de Pisco Capel Moai Reserve.

6 onzas de zumo*.

1/2 onza de zumo de lima.

3 cucharaditas de azúcar.


  • Haremos dos zumos, para así presentar dos cócteles en vasos de desgustación. Uno, de moras negras y ciruelas; alto poder antioxidante y perfecta combinación de un ligero sabor agridulce con otro dulce y agradable. Y el otro, con pera y piña; Vitamina C, el símbolo de la elegancia y la hospitalidad, unido a un sabor dulce, delicado y suave.


Ya tenemos el cóctel, así que, prosigamos.

Como para gustos no hay nada escrito, a cada uno se le antojará más delicioso uno u otro. Pues bien, tomad en primer lugar el que menos os apetezca... ¡ Vamos! Probadlo mientras os relato el día en que me pasaron las cinco peores cosas, ¡ todas en un sólo día!


Recuerdo cuando aun vivía, era una persona de talante pesimista. Ahora que veo la energía que desprenden los vivos, podría decirse que desprendía energía negativa por todos los poros de mi piel. Me derrumbaba por cualquier nimiedad que interrumpiese mi monótona y estructurada vida. Andaba siempre quejándome por todo, sin darme cuenta de que lo único que conseguía con esta reiterada actitud, era atraer más energía negativa de la que despedía. Yeso fue lo que pasó ese día....

“ Me desperté sobresaltado a causa de una pesadilla, el corazón me latía a 1000 por hora ( ¡ ah, cómo extraño esa sensación!... en fin, prosigamos)... ¡ Cómo odiaba despertarme a causa de una pesadilla! Acto seguido, miré el reloj a ver cuánto quedaba

para que sonase el despertador.

¡¡ HORROR!! ¡Eran las 9 de la mañana! Justo la hora a la que tenía que estar en el trabajo para una importantísima reunión, pues mi futuro en esa empresa dependía de ella. ¡ El despertador, no había sonado!... Como odiaba despertarme y darme cuenta que me había quedado dormido.

Salí de un salto de la cama, me dirigí a la ducha lo más rápido que pude y... ¡¡ Nooooo!! Me habían cortado el agua. ¡ Cómo lo odiaba, ir a ducharme con prisas y no tener agua!

Me arreglé lo mejor que pude y salí disparado hacia el trabajo. A ver qué podía salvar de la reunión. Realmente no sé a qué velocidad iba, pero llegué en tiempo récord.

Nada más entrar, allí me encontré las caras de mis jefes... ¡ Uf! Aun me duele recordar esas facciones tensas, con ceño fruncido, sin esbozar la más mínima sonrisa... Sí, ya os lo podéis imaginar, sí. Me despidieron, en una empresa como esta, no se podía tolerar tamaña falta de responsabilidad y disciplina, no era

digno de pertenecer a su equipo.

Pues así me fui, maldiciendo este día, en el que no tendría que haber salido de la cama.

Me subí al coche y me fui del lugar al que había dedicado sudor y lágrimas. Me dirigí a casa, con el día que llevaba era la mejor opción, estar a cubierto ante cualquier otra adversidad. Allí esperaría a que Marta, mi novia, regresase para poder lamentarme a gusto. Abrí la puerta, y, ¡ qué extraño! Se oían ruidos en el dormitorio. Lo primero que pensé, ¡¡ ladrones, lo que me faltaba!! A medida que me dirigía cautelosamente a la habitación, fui descartando esa posibilidad, pues no creí que unos ladrones fuesen tan ruidosos. Cuando llegué a la puerta, respiré hondo, me armé de valor, giré el pomo de la puerta, y... Pero, pero, ¿ Marta? ¿ Alvaro? ¿ Marta y Alvaro? ¿ Pero qué significa esto? A lo que Marta respondió, ¿No estabas en una reunión?; y luego prosiguió Alvaro, “ Amigo. Esto no es lo que parece.”. Me invadió una mezcla de rabia e impotencia... sinceramente, me sentí imbécil. En lo único que pensaba era en salir de ese lugar...

Salí de mi casa, me monté en el coche y conduje sin rumbo, no recuerdo bien el tiempo que pasó. Me detuve delante de un bar, y entré. Me senté en la barra y pedí un trago. Me dediqué a observar a los que me rodeaban, necesitaba entretener mis pensamientos... “Ciertamente”, pensé, “ ¡ Mira que es torpe la camarera!”, no acabé de pensar esta frase y... sí, a la susodicha camarera se le cayó la bebida encima de mi americana de firma, nueva... ¡ Inservible, me la había dejado inservible!... El bartender, que estaba expectante ante la escena, notó el estado de tensión en el que me encontraba, así que empezó a preguntarme... ¡ Vi las puertas abiertas! Alguien con quien desahogar mis penas. Me lamenté, me lamenté... y seguí lamentándome.

Finalmente el bartender me invitó a un cóctel, un Sweet Moai. “¿ Pero este cóctel? ¿ Qué siginifica toda esta parafernalia?”. El bartender me contestó, “ Es un cóctel muy especial, pues son dos en uno. Quiero enseñarte algo. Bebételos, y luego dime cúal es el que has escogido en primer lugar y cúal en segundo”. Le hice caso y me los tomé de un sólo trago, acto seguido le contesté, “ Me he bebido primero el que sabe como a piña, el que a primera vista menos me ha gustado, y luego el de sabor a mora, el que me más me ha gustado”. A lo que él me respondió, “ ¿ Y si pruebas a tomártelos al revés? Al igual que en la vida, intenta ver el lado positivo de las cosas. O por lo menos no te ahogues en lo negativo. No pierdas tanto tiempo en quejarte y aprovecha ese tiempo en buscar una solución, o por lo menos otra opción. De este modo, empezarás a atraer energía positiva hacia ti. Si siempre pruebas lo malo primero, rara vez saboreas realmente lo positivo, pues te ha quedado el regusto de lo malo. Es un modo mejor de tomarse la vida. ¿ No crees?”

Menuda sarta de estupideces, pensé. Así que me fui de ese lugar donde era evidente que no podía seguir lamentándome.

Me subí al coche, y me alejé a toda velocidad. Vamos, me iba a decir a mí un cualquiera cómo tomarme la vida, lo que me faltaba para rematar el día, sé perfectamente cómo afrontar la vida. Además, ¡ qué estupidez darme lecciones de vida con un cóc....... ¡¡¡¡¡ BOOOMMMM!!!!!”


Iba tan centrado en quejarme de ese Sweet Moai, que no ví el camión que se me echaba encima.

Obviamente, no sobreviví.

Y, a partir de ese instante, me di cuenta de todos los momentos desaprovechados, de todos los miedos que me impuse,

Y comprendí que todo lo que nos acontezca en la vida tiene solución. Todo menos la muerte, lástima haberme dado cuenta demasiado tarde...................


........ ¡ Eh! ¿ Qué ha pasado? Ay, ay, creo que se me ha ido el santo al cielo. Por más que lo intento, no consigo acordarme del tema que quería tratar.... ¡ Qué extraño!