Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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domingo, 22 de agosto de 2010

Mandarina mint martini, ¿ juegas?

Para alguien con mucho arte.


Te propongo un juego, hoy me siento algo traviesa, con ganas de divertirme y quiero que nos divirtamos los dos..

Te propongo un juego en el que debe predominar la diversión, el entretenimiento, la originalidad, la picardía, el misterio... y por qué no, la sensualidad.
Te propongo jugar al divertido juego de la seducción. Un juego con mucho arte en el que a ratos seduces y a ratos de dejas seducir.

Para comenzar te voy a explicar el objetivo del juego. El objetivo es seducir al contrario, entendiéndose seducir como el acto de inducir y persuadir a alguien con el fin de agradarle con muy diversos fines. Seducimos cada vez que logramos que la persona que tenemos enfrente se siente atraída por nosotros. A todos nos gusta seducir, hay en ello una carga genética, porque en defifnitiva, a todos nos gusta gustar, hay personas que son más extrovertidas que lo tienen más fácil, y otras que lo son menos e ingenian sofisticadas argucias para llevar a cabo su estrategia de seducción. Pero siempre debe haber un denominador común en toda estrategia, ésta debe ser original, divertida, para captar al seducido y hacer que quiera aproximarse cada vez más.

La regla básica de nuestro juego es el respeto, por lo demás, no hay reglas, así que da rienda suelta a tu imaginación e ingenio porque comenzamos el juego...

Abro yo el juego, te concedo esa ventaja, seré la primera en mostrar mis cartas, en mover ficha.
Para empezar te voy a hacer una sugerente oferta que te será imposible rechazar. Te invito a un cóctel, ¿ te apetece? Lo prepararé especialmente para ti.
A ver, déjame pensar... ¡ya sé! Te invito a un mandarina mint martini. Un cóctel que te sorprenderá, ya que tras su apariencia simple y discreta esconde una original y excelente combinación de sabores que te cautivarán.

En primer lugar macero en el vaso de cristal de la coctelera Boston, tres piezas de mandarina, doce hojas de hierbabuena y media onza de azúcar líquida. Mandarina que dará vitalidad, chispa, aroma. Hierbabuena que dará frescura y picardía. Y azúcar que dará dulzura, dulzura y más dulzura... eso que no falte.
Lo primordial es llamar tu atención usando este contrapunto de sabores y aromas, pasar de la suavidad y el aroma, a la frescura, de la dulzura a la picardía, al toque picante. Jugar al desconcierto dotando al ambiente de un aura de seductor misterio, para así llamar tu atención y poder comenzar el juego.
Luego el hielo, para enfríar un poco el ambiente, porque no queremos que este juego acabe en seguida, ¿verdad? Seguidamente zumo de media lima, el toque justo de ligera acidez para suavizar sabores e intenciones, es más divertido si no te enseño todas las cartas en la primera tirada.
Y ahora es el turno del toque estrella, el que te sorprenderá muy gratamente, el más atrevido... Pues en este juego, hay que ser osado para ganar la partida... Es el turno de la vainilla, media onza de jarabe de vainilla, que le dará, no sólo un aroma suave y acaramelado, sino un sabor insospechadamente delicioso. El toque original,afrodísicaco y sensual que nos faltaba y que te enganchará definitivamente.
Y por último el alcohol, una onza y media de Absolut Mandarine, para que vuelva a subir la temperatura con el potente aroma y la vitalidad de la mandarina.
Cierro la coctelera, agito, sirvo en copa de cóctel y decoro con una hoja de hierbabuena, sencillez y elegancia para terminar mi jugada.

Espero que te haya gustado mi invitación, y cada vez que saborees este cóctel te acuerdes de mí...
Bien, pues esta ha sido mi jugada, ahora te toca... ¡así que, hagan juego!
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