Vamos, vamos, no valen excusas, haz clic....
¡ Bien! Ahora sí puedo empezar....
“Por una mirada un mundo,
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.”
¡ Pero con qué facilidad expresó Bècquer, todo ese cúmulo de anhelos y deseos en tan sólo cuatro versos!
Es un hecho que todos nosotros nos camuflamos tras corazas que nos construimos para salvaguardarnos de los daños externos que nos puedan infringir terceras personas. Es un acto instintivo el poner a buen recaudo nuestras inseguridades para así no mostrar nuestros puntos débiles.
Un daño colateral de este acto instintivo es el hecho que cada vez nos cuesta más dejar atrás estas corazas y mostrarnos tal y como somos, con la consiguiente sensación de frustración.
Y no sé si os pasa también, pero a mi me pesan estas corazas con las que cargo. En muchas ocasiones me siento como... ¿ sabéis cuáles son esas bolas de cristal que están llenas de agua, con un muñequito en medio, y cuando las agitas parece que cae nieve? Pues me siento como uno de esos muñequito, ¿ axfisiante la sensación, eh?
Pues bien, mi proposición en esta ocasión es la siguiente, que os quitéis esas corazas que os someten y así expresar, expresar y expresar... ya no más un mundo inexpresivo lleno de máscaras.
Mi deseo es que me des un beso de una vez por todas... “ Dame un beso”, una frase tan simple como complicada de pronunciar a la vez. Así que aceptando mi dificultad de expresar mis deseos con la facilidad con que lo hizo Bècquer en su día, te lo voy a decir con flores.
Un lenguaje que me cautiva tanto por su belleza como por su misterio, el lenguaje de las flores. Desde tiempos ancestrales, este lenguaje ha sido un modo de expresión, mediante el cual muchos desnudaban sus almas y ponían a flor de piel sus más íntimos deseos, y es éste el que voy a utilizar para quitarme una de las corazas que más me pesan.
Las flores, aparte de ese poder simbólico que tienen, también poseen un altísimo poder aromático, ornamental y gustativo, por esa razón te invito a un Jazmín Martini, mi particular manera de regalarte una flor que exprese lo que te quiero decir.
Un cóctel cuya delicadeza y belleza están equiparadas a su aroma y sabor. Una combinación que resaltan la fuerza y la simbología del jazmín, sensualidad, amabilidad, símbolo de amor en la India, de belleza en China, de felicidad. Todos estos adjetivos describen perfectamente lo que hoy vengo a decirte, que quiero un beso.
Del Jazmín Martini hay varias versiones, de las cuales he escogido la creada este verano para el vodka Grey Goose, vodka premium francés considerado uno de los mejores del mundo, se obtiene a través de la destilación de trigo con agua de manantial alpino que ha sido filtrada a través de piedra caliza del macizo central, además, esta destilación se realiza en la región de Cognac ( Francia).
Esta fina destilación y el agua de alta calidad, le aportan a este vodka un aroma fresco, limpio y elegante; un sabor suave y equilibrado y un final duradero.
Aparte, Grey Goose tiene una gama de vodkas aromatizados, a pera, a vainilla, a cítricos, con los que amplia su abánico de posibilidades combinatorias.
La receta es la siguiente:
1 onza de Grey Goose Classic.
½ onza de licor de naranja, energía revitalizante,
½ de jarabe de jazmín, que le dará un aroma floral, dulce e intenso, y es este amplio registro de aromas, el que me va a permitir decir sin palabras, “dame un beso”, ya sea de amistad, de cariño, de ternura, de deseo... pero, dámelo.
Un dash de zumo de lima, suave frescura con toque ácido, que contrarreste el exceso de dulzura para que no empalague, pero sin estropear la magia del momento.
Un dash de agua mineral.
Se vierte en la coctelera con hielo,el vodka, el licor de naranja, el jarabe de jazmín y el zumo de lima, se agita, se agrega agua mineral, se remueve suavemente. Se vierte el cotenido en copa de cocktail previamente enfríada con el sistema de doble colado.
Por último se decora con una flor de jazmín.
Armonía perfecta entre gracilidad, elegancia, discreción y dulzura para poner en tu paladar un deseo.
Hola,
ResponderEliminarTe felicito. El otro día me hablaste de este blog, me he quedado muy, muy sorprendido, gratamente, por supuesto. No me lo esperaba. Me parece de muy alto nivel. Los cocteles no son lo mío, pero haces unas entradas de seducción, en muchos casos, que la imaginación vuela más alto que el airbus ese que se fastidió el otro día.
Espero tener la oportunidad de seguirte leyendo. Te reitero la enhorabuena y el beso, of course, lo tienes.