Por experiencia personal, sé que es muy difícil conseguir llevar esta filosofía de vida, ya que en la gran mayoría de las ocasiones las circunstancias externas nos superan. Pero si empezamos poco a poco, y con constancia, podremos llegar a cambiar muchas pequeñas actitudes de nosotros mismos que nos anclan a vivir siempre en ese estado de tensión.
Una buena forma de empezar sería tomarnos un ratito al día para nosotros mismos, para nuestro disfrute, para relajarnos, para "ser nosotros mismos y menos los demás", para ser felices aunque sea un momento al día, y por ejemplo, que mejor manera que disfrutando de un buen café.
Desde mi punto de vista, el café, tanto por su color, su aroma, su sabor, transmiten neutralidad, calidez, sosiego, salubridad, sencillez, amabilidad, confianza,

A voz de pronto, esta cuestión parece una incoherencia, pero con constancia y con ganas de cambiar nuestra forma de ver la vida, os aseguro que se consigue. Porque eso sí, algo que también puedo afirmar es que el hecho de sentirse mal cada día es un vicio muy común entre nosotros; un vicio además, que cuesta muchísimo desprenderse de él y que aleja paulatinamente a toda persona a nuestro alrededor. Es más, llegamos a estar tan acostumbrados a sentirnos mal y tensos que, si algún día, por casualidad nos sentimos bien, o nos relajamos, o nos reímos, inconscientemente buscamos en nuestro interior, motivos por el que sentirnos mal y tensos de nuevo.

Retomando el tema sobre el que quería escribir, una buena forma de empezar a cambiar ese hábitoes, tomándonos un momento al día para relajarnos y sentirnos bien. Y algo que nos evoca todas esas sensaciones es el café.
Desde sus comienzos, cuando un pastor en Abisinia en 1140 descubrió un comportamiento extraño en sus cabras cuando éstas comían el fruto de un determinado arbusto; al café siempre se le han atribuido propiedades como energizante, salubre, placentero, y, aunque el café por antonomasia es el espresso, yo me voy a decantar por hacer mención del cóctel a base de licor de café por excelencia, el Black Russian.
Ingredientes:
7/10 Vodka.
3/10 Licor café ( Kalhua).

Preparación:
La preparación de este cóctel es muy sencilla, se prepara directamente en un vaso old fashined con hielo, verter los ingredientes y remover.
Este cóctel apareció en 1949, el barman belga Gustave Tops, lo creó en el Hotel Metropole de Bruselas en honor a Pearl Mesta, embajador de Estados Unidos en Luxemburgo por aquel entonces.
El nombre de black russian se lo debe al período de guerra fría entre la URSS y EEUU.
Su sabor es fuerte ya que tiene una alta graduación alcohólica, pero el café aporta un aorma caluroso y suave, atenuado con un toque de amargura.
Eso sí, al igual que hay que tomarse la vida con calma, y como ya he mencionado hacer de nuestro día a día un paraíso, el black russian es un cóctel que hay que tomar de forma a pequeños sorbos, con mucha tranquilidad, para así poder saborearlo; como los buenos momentos en la vida.
Y de esta forma, en la paz; nos preparamos para la guerra, nos preparamos para saber llevar las cosas que nos producen tensión con la mayor de calma posible.

También mencionar que hay una variante del black russian, el white russian, la única diferencia del primero, es que al segundo una vez removido se le añade crema de leche encima.