Mi propósito con esta andadura es expresar mi visión y opinión, extravagantes o no, sobre aspectos de la vida, usando la coctelería como metáfora. Para ello voy a crear mi recetario personal de coctelería.

Mi vida ha estado girando en torno a la coctelería desde hace ya algunos años. Empecé en esto por casualidad y, desde el principio, ha sido un mundo que me ha fascinado. No sólo por el espectáculo que conlleva su elaboración, sino también
porque es una vía a través de la cual se pueden expresar (y provocar) sensaciones y emociones, usando de una manera muy sutil los distintos sabores, olores, colores y formas.

En la coctelería, así como en la vida misma, hay que mezclar los ingredientes adecuados en su justa medida, para así obtener diferentes matices de cada momento. Y, en el saber mezclar los ingredientes, está el secreto del buen vivir.


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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Teoría de las copas vacías, con Chrysanthemum


Cuan agridulce es el sabor del último trago de esta copa, melancolía es lo que me invade al levantar la copa ya terminada.
Atrás queda el entusiasmo, la indescriptible sensación de no caber en el cuerpo cuando me decidí por este chispeante, electrizante, vibrante cóctel, ... tan, tan... Lleno de sueños e ilusiones.

Fue un placer decidirme por ti, Chrysanthemum, delicado como una flor, contundente como la vida y como su historia. Tentador, apetecible a primera lectura, un cóctel sencillo y fuerte de apariencia; y sobre todo, diferente.

Su primera aparición fue en el libro, Recipes for mixed drinks, en 1916, de Hugo Ensslin.
Y más adelante, en 1930 volvió a aparecer el Savoy Cocktail Book de Harry Craddock, y fue en esta ocasión cuando obtuvo mayor popularidad.
Pero vamos a centrarnos en su creador, Hugo Ensslin, un bartender alemán asentado en Nueva York a principios del s.XX, y trabajó en los ocho o nueve mejores bares de Nueva York de la época. Lo curioso de este señor es que, a pesar de lo grueso de su experiencia y sus conocimientos, nunca fue una estrella, sino que prefirió trabajar arropado en el anonimato.
En 1916, Ensslin autopublicó su libro, una recopilación de recetas de coctelería, el cual no consiguió éxito comercial. Y debido a mi afición de conseguir reliquias de este calibre, me la pido para estas fiestas.
Y lo que más me ha atrajo de este señor fue que, a pesar de estar siempre en la sombra, Ensslin fue una persona de gran influencia en el mundo de la coctelería y la mixología.
Puesto que además de demostrar poseer conocimientos de las bases de la coctelería, creaba sus propios cócteles de forma fundamentada y perfecto equilibrio y balance.

Pero volvamos al chrysanthemum. ¡ Ahh, qué tentadores fueron los motivos que me llevaron a ti! Aparentemente transgresor, bohemio, o por lo menos a mi me lo pareció, al contener entre sus ingredientes alcoholes ya extraños por sí solos, muchos más combinados entre sí. 

French vermouth:

Hecho con diferentes variedades de uva blanca que crecen en la región marsellesa, principalmente Picpoul de Pinet y Clairette.
Este vermouth es madurado, en primer lugar, en barriles de roble canadiense durante ocho meses, esta maduración se produce en almacenes.
Luego se pasa a pequeñas barricas de roble que se llevan a la intemperie que luego se exponen al sol, el viento y las bajas temperaturas del invierno.
Luego se vuelven a almacenar en interior y se refuerzan estos vinos con esencia de frutas y botánicos como por ejemplo: manzanilla, piel de naranja amarga, nuez moscada, cilantro, o clavos.
El resultado final es un vermouth floral, con toques a madera y muy sutil. Seco y refrescante en el paladar, para luego dar paso a notas cítricas, pino y bayas.
En definitiva, la primera impresión no tiene nada que ver con el resultado final. Paulatinamente, pequeños detalles se transforman, de modo que hacen que el conjunto cambie por completo.

Benedictine:
Esa botella tan llena de polvo en el fondo de muchos frentes de barra, forma parte de esos licores que me gusta denominar, “ los poetas muertos”. Esa colección vintage hasta hace muy poco desprestigiada pues, si bien tuvieron su auge años atrás, cayeron en el olvido con el paso del tiempo para dar lugar a otras modas. Y, como todo ciclo vital, la coctelería está volviendo a sus orígenes  y las preferencias en el sector vuelven a esos licores de antaño, volviendo éstas a la palestra para dar luz y sombras y un cierto tono a nuestros cócteles de hoy día. 
Su base es un cognac infusionado por veintisiete hierbas y especias, creado por un monje de la orden benedictina en Normandía, llamado Dom Bernardo Vincelli.
El resultado, tras varias destilaciones, es un licor muy aromático.
La receta se extravió durante la Revolución Francesa. Y en 1863, Alexandre le Grand, la redescubrió y la comenzó a distribuir bajo el nombre de Benedictine.

Absenta:
Creado en el s. XVIII en Suiza por Pierre Ordinarie, un doctor francés que se dedicó a estudiar la destilación del ajenjo para sacar partido a sus propiedades curativas.
Y cómo se iba a imaginar su creador, que este elixir medicinal iba a llegar a ser la bebida maldita, la diabólica de las diabólicas.
Absenta, la también denominada hada verde, pues engancha por su belleza y por su crueldad. Más allá de su atrayente y casi hipnotizante color, es impía e implacable, no dudará en engancharte y acabar contigo.

La absenta llegó a su auge allá por el siglo XIX en Francia, en período de la Ilustración. Los más famosos poetas lo consumían para inspirarse, o para dar rienda suelta la tenebrosidad de sus esencias.
Y en los cócteles de las barras americanas comenzó a aparecer sobre el 1900, cuando era muy común añadir al menos unas gotitas de este licor donde predomina el olor anisado. Incluso se llegó  a hablar de un fenómeno llamado “ Absinthism”, parecido al alcoholismo pero más depravado.
Muchos culpaban de esto a las tuyonas, una neurotoxina que se encuentra en hierbas como la marihuana, la cual causa daños cerebrales. Pero falsa alarma, es muy pequeña la cantidad que hay de esta sustancia en la absenta para ser considerada la culpable.


Hay momentos en la vida en los que nos toca tomar decisiones, vemos señales, y es  cuando personalmente gusto de rebuscar en mi interior para ver qué camino seguir; izquierda o derecha, malo o bueno, mejor o peor. Momentos cruciales en los que lo que los demás opinen debería quedar a un lado, y ser nosotros.
No sé el motivo ni la razón, de aquel preciso momento me decidí por ti, y ni imaginarme cómo iba a cambiar el cuento. Prácticamente te vi nacer, estaba ahí cuando vertían tus ingredientes en el vaso mezclador, te removían y mezclaban con cuidado. ¡Ay, qué cariño te fui cogiendo! Una vez frío te vertían en una copa coupé, te decoraban y hete ahí frente a mí.
Te fui saboreando sorbo a sorbo, algunos frescos, sobre todo los primeros; luego éstos dieron paso a infinidad de tonalidades, pasando por fuertes, ardientes, y las amargas como la hiel.
De esta aventura que fue saborearte me quedo con todas las sensaciones, unas para aprender de ellas, y otras para llevarme lo mejor de ti. Ahora, con la copa ya vacía, dejo atrás este capricho del destino, paso página y doy paso otros nuevos y diferentes


domingo, 10 de marzo de 2013

Skyfall Martini, by Erik Lorincz... Mi versión adulta


Uno letras para formar palabras; palabras para formar frases; y todas ellas unidas para abrirte mi alma. Y así llevo ya algún tiempo, desgranando mi ser para ti, desmenuzando retales casi olvidados de mi vida para que me conozcas un poquito más cada día. Y creo que ya hemos cogido la confianza suficiente para presentarte las dos partes que habitan en mi... Y no se trata de un brote bipolar o algo similar, así que deja de mirarme así. Todos guardamos bajo la piel diversas facetas, y el que no las tenga que tire la primera piedra.
De mi persona podría encontrar infinidad de facetas, pero en especial quiero destacar dos de mis versiones: 
Mi versión de escaparate, es la recatada, discreta, la pudorosa; el encefalograma plano que todos esperan de mi. Es esa que no se altera ante las inclemencias externas.

Y la otra es la versión adulta de mi. Ésta, como si de un agente secreto se tratase, espera instrucciones concretas para salir a la luz y mostrar su esencia sin pudor. Lo juro, intento ser normal, intento que esta faceta no salga a pasear su descaro, me fijo atentamente para comportarme como esperan, pero esta parte de mi sueña y sueña sin parar, con volar, pasear por las nubes, con saltar, bailar... Y en ocasiones me es imposible frenarla.

Skyfall Martini, by Erik Lorincz:

London Dry Gin.

Destilado cuya base alcohólica proviene de cereales sin maltear. Bajo su apariencia discreta y sombría, se esconde un alarde de perfumes, aromas y un concierto de sabores sin par. 
Su esencia, el enebro; la esencia de mi versión adulta sueña con seguir siendo niña, con volar. Con un mundo lleno de alas de mariposa, flores y colores. 
Tras esa carrocería austera, sosa y en blanco y negro, se esconde la niña adulta que habita en mi.

Vodka.

Origen disputado entre Rusia y Polonia. Su esencia los cereales, en especial la patata.
Cereal rico en almidón, aunque oculta tras un polisacárido complejo, su esencia es pura y transparente. Carece de moral social, hace lo que quiere, no conoce imposibles. Su esquema de acción-reacción es simple a la par que atrevido. Atrevida, descarda, jugetona, como un bebé grande que se emociona con jugar cada día, y cuando ve que un juego ha terminado, busca un juego nuevo.

Cocchi Americano.

Su esencia es algo intermedio entre el vino y una bebida espirituosa, concretamente, el Cocchi Americano es un aperitivo cuya receta nació en 1891, y se trata de un vino con una adición de alcohol ( bitter de infusión de hierbas y especias).
La parte adulta de mi se debate entre el bien y el mal, sueña con seguir su propia corriente sin importarle opiniones del exterior.

Plum wine ( vino de ciruelas).

Licor de ciruelas que se produce en China, Japón y Corea.
Dulce, suave y refrescante, mi versión sólo para adultos te sueña de forma a veces cariñosa, otras lasciva, pícara. Sueña con besarte sin mesura, acariciarte hasta conocer cada recodo de tu piel. Sueña con que toda esa vorágine de sensaciones deje de serlo para ser real, venciendo miedos y complejos para ser tú y yo por fin.

Zumo de limón.

El cítrico por excelencia, es la esencia felina, saber caer siempre de pie, con gracia, para levantarse con decisión. Con ese toque ácido que me caracteriza, que repele insectos y atrae a valientes, me pongo al mundo por montera y sigo adelante pase lo que pase.

Zumo de yuzu.

Fruto cíctrico de origen asiático. Es esa pequeña porción de mi que equilibra ambas versiones. Es la que modera y no deja que alguna de mis versiones eclipse a la otra.

Sirope de hierbas turcas.

Conjunto de hierbas que aportan un sabor característico, especiado, fuerte a la par que delicado.
¡ Qué demonios! Exótica, diferente, descarada, atrevida... Guapa, linda y loca, esa soy yo.
Guste o no guste, esa es mi esencia y no va a cambiar.


No puedo escribir sobre el agente 007 sin decir: Shaken, not stirred.
Todo bien agitado y servido en copa de martini. La versión adulta de mi ansía despertar del letargo en el que está relegada. y te desea de mil formas; tan tiernas y tan desgarradoras, que ya duele estar condenada sólo a pensarlas. 
La versión adulta de mi, la llevo tan a flor de piel que sólo tu aliento sobre mi piel bastaría para despertarla.

jueves, 14 de febrero de 2013

No name, by Nayra... Querido Príncipe Azul


Querido Príncipe Azul.

Llevo tiempo queriendo tener algunas palabras contigo, podría poner mil excusas y motivos, pero a estas alturas es más por ordenar mis ideas y quedarme satisfecha, que por cualquier otra cosa.
Para dar rienda suelta a mi verborrea, escasa cuando huele la tensión, he mirado en mis rincones más recónditos hasta encontrar la simbiosis adecuada, porque cuando de         amor/ desamor se trata, no hay mejor combinación que unas palabras desgarradoras y una dosis de alcohol.
Así que he rebuscado en mi caja de herramientas, he sacado los mejores ingredientes y mi glosario de ideas, para escribirte esto:

Vodka
Ni te imaginas la de veces que te he soñado, te he imaginado, anhelado... De la forma más pura, de la forma más libidinosa.
Eras tan perfecto, tan impoluto. En mis sueños nada podía enturbiar tu imagen.
Imaginaba a todas horas cómo tú me mirabas, yo te miraba, nosotros nos mirábamos, ellos nos miraban con envidia; y así, mientras dábamos un repaso a los tiempos y formas verbales, nos prometíamos amor infinito, hasta supurarlo por las orejas.

Chartreuse Amarillo
Licor elaborado con 130 hierbas, y que recibe su nombre en honor al monasterio cartujo de Grande Chartreuse, de donde procede.
Tanto el amarillo como el verde, están elaborados con las mismas 130 hierbas, la diferencia es la proporción de éstas.
El Chartreuse amarillo es de menor graduación alcohólica y de sabor más suave y dulce que el verde.
Herbal, fresco y dulce, un escondite acogedor donde refugiarme. Ése iba a ser tu regazo, tus abrazos, ése tendrías que haber sido tú.
Desde muy pequeña leí y escuché leyendas sobre tí, que vendrías a rescatarme, que cuando aparecieses todo iba a ser perfecto; y en definitiva que el resto del universo iba a dejar de girar para hacerlo a tu alrededor a partir de entonces.
Pero lo que pasó es que giré y giré, hasta que dejé de ver de tanto marearme. 

Cola de caballo
¡ Ay! Mi Príncipe, ni te imaginas la de sapos que he besado creyendo haberte encontrado.
Ante mi se han paseado estos especímenes, con sinuosas formas, sonrisas y malas artes, para hacerme creer, como si de un espejismo se tratase, que eran tú.
¡ Y cuán desagradable sabor al besarles y notar sus verrugosas pieles en mis labios! ¡Buf! Se me pone la piel de gallina de recordarlo, y esa imperiosa necesidad de depurarme para olvidar esa estremecedora sensación.
Lo mejor, cola de caballo, una hierba medicinal a la que, para mi gusto, se la tiene poco en cuenta, siendo tan esencial cuando de eliminar toxinas se refiere.

Sechuan Bottom y menta.
Mmmmm... ¿ Qué es esa sensación? Es muy extraña, eléctrica, chispeante, que duerme mi sentido de la alerta y hace que baje la guardia. 
Son esas mariposillas en el estómago que sentía cuando creía haberte encontrado.
Y que alguien las ha debido de fumigar, pues hace tiempo que no las siento ahí dentro.
Y esa frescura que haría de cada día que pasásemos juntos un día nuevo, nada iba a ser monótono entre nosotros. Se suponía que ibas a ser un chico divertido, caballero, elegante a la par que sencillo, que sabrías llevarme por todos los senderos de la vida.

Lima:
Humor pero del ácido, de ese que te hace decir, “¡ Iiiuuuu! “, en cada sorbo.
Reírse, hasta de una misma, es la mejor actitud para suavizar infinidad de dantescas situaciones vividas, cuando la espera se ha convertido en eternidad.

En fin, querido Príncipe, te esperé y te esperé, soñando y anhelando el día en el que aperecerías en tu caballo blanco... Pero no sé si perdiste el camino, si te fuiste de copas con mis sapos, o si jamás exististe. El caso es que hace tiempo que me cansé de esperarte, así que, sigue tu camino que yo, si algo bueno he sacado de tanta espera, es el haberme encontrado a mi misma, el haber aprendido a hacer mi camino sin necesidad de seguir el tuyo, el haber conseguido ser más yo y menos tú. Y sobre todo, estoy aprendiendo a quererme cada día un poquito más.

Y para ti, mi querido príncipe va este cóctel “sin nombre”, ya que nunca has aparecido ni siquiera sé cómo te llamas. Un cóctel con sorpresa, fresco, suave y apasionado, fresco y divertido, todas esas sensaciones que tú ya no me vas a dar.


viernes, 28 de diciembre de 2012

Bjou, by me... Esas cosas que nunca te dije.


Paréntesis: del Lat. parenthêsis.

Según una de las definiciones de la Real Academia de la Lengua, una suspensión o interrupción.
Bajo mi punto de vista, un inciso justo y necesario que me he tomado por diversos motivos. Son esos parones que se toma una para poder pasar de fase. Un tiempo para recapacitar, adentrarme en las profundidades de mi esencia, recorrer mi alma rebuscándome, apaciguando demonios... Y simplemente viviendo.
En resumidas cuentas, necesité tomarme este tiempo para morir y así poder vivir.
Y adentrándome en mi laberinto personal, me ha reconfortado reencontrarme con este. Mi dulce rincón donde no hay nada que pueda enturbiarlo, donde tan sólo están mis pensamientos, mis sueños y yo.
Así, con este texto reconquisto este lugar que había dejado de lado por un tiempo, mi cabeza, mi cerebro... My brain.

¿ Qué hora es? ¡ No puede ser! ¡ El reloj no marca las horas a su debido compás!... Como si de una ceremonia se tratase, recorro cada hora del día realizando cada una de mis rutinas con parsimonia sepulcral, y con unas ansias locas desde mi fuero interno, de que llegué por fin la hora de nuestra cita.  El  momento en el que me encuentro con Morfeo, y éste me acoge en sus brazos y para traspasar el umbral en el que los sueños se fusionan con la realidad, donde doy rienda suelta a mis deseos y puedo volar libre; y donde he conseguido reunir el valor para sentarme y poder escribirte esas cosas que nunca te dije.

¡ Ah! Por fin, ahí está, ya he llegado la hora... Pero... Pero, ¡ nada! ...  Que sensación más frustrante, la de esperar con tanto deseo esta cita y que Morfeo no aparezca.
 ¡ Ay! De este maldito insomnio que se ha interpuesto esta noche entre Morfeo y yo.
Justo hoy, que al fin había reunido el valor para adentrarme en mis sueños y poder expresarte lo que siento.
¡ Qué va! De esta noche no pasa, al menos en sueños necesito, decirte esas cosas que nunca te dije. Así que voy a necesitar una ayudita:

Ginebra

Un poco de perfume, que me inspire, que me recuerde a ti, que me haga sentirte aquí a mi lado, como tantas veces he ansiado como una demente. Aroma contundente, sobrio a la par que nítido y limpio.
Transparente, aburrido a simple vista, un despliegue de aromas y sensaciones en su esencia. Me odiarás o me querrás, un riesgo que debo correr pues sé que no habrá termino medio, que lo sepas a ciencia cierta.
Si de algo estoy segura es que tras esos matices que aporta el enebro, se esconde el más sincero y bello de los sentimientos.

Vermouth Rosso

Podrá varias con el paso del tiempo, modificarse, adaptarse al ambiente. Pero tres elementos son los que lo componen, una formula que es común para todos los vermouths según las reglas de la Unión Europea: vino, ajenjo y fortificación espirituoso.

Podré adaptarme, disimular mis defectos y potenciar mis virtudes, pero hay algo que nunca podré variar, y esa es mi esencia. Y justo esa es la que quiere hablar contigo esta noche, la que no sabe si es buena o mala, tan sólo sabe lo que siente por ti.

Chartreuse verde.

Un poco de magia, sí, sí, que digo poca, ¡ mucha! Para soñar con imposibles, para que algún día, al fin, te conviertas en realidad.
Mucha magia para reunir el valor de tirarme a la piscina de una vez por todas, enfrentarme a mis fantasmas, a mis limitaciones... a mi cabeza; y por fin, de una vez por todas, expresar lo que por ti siento.


Mezclar todos los ingredientes hasta que esté muy frío, servir en copa de cóctel y decorar con una cereza marrasquino.
Bjou, un cóctel, una joya para rememorar los colores primarios, dejar a un lado los rodeos y expresar sentimientos con la claridad y sencillez que cotidianamente nos es imposible conseguir. Sin tapujos ni ornamentos, para esta ocasión no habrá música ni flores, tan sólo palabras, sentimientos y estas cosas que nunca te dije:

“ Tantas veces te he pensado, que conozco cada recodo de tu piel.
Tantas escenas he soñado contigo: dulces, tiernas, tórridas, sensuales y sexuales; que sé cómo piensas, cómo eres y cómo dejas de ser.
Tantos han sido los momentos en lo que he creído estar a punto de decirte que me derrito cada vez que pasas a mi lado, cada vez que noto tu presencia junto a mí.

Sin saber el cómo ni el porqué, mi mundo ha dejado de girar sobre su eje de simetría, para hacerlo en torno a ti. 
Te sueño hasta despierta, deseando que algún día te hagas realidad.
Eres mi nada, pues sin ti no tengo nada; y mi todo, porque junto a ti todo lo tengo.

En resumen, no sé en qué momento empecé a quererte así, cuándo tu presencia me hizo tocar el cielo con mis dedos, y cómo activaste a esas mariposillas que morían de aburrimiento en mi estómago. 
Por ello y por infinitas razones y detalles, te quiero como jamás pensé que podría querer a alguien.

Con la esperanza de que algún día todo esto que te escribo no se quede en sueños, me despido de ti.
Atentamente,


siempre tuya,
siempre mío,
siempre en mis sueños.”

jueves, 1 de noviembre de 2012

Old-Fashioned... Para ver colores, mirar en el interior


Gusto de una vida tranquila, repleta de costumbres y hábitos salubres, y sin quererlo caigo en la mala manía de llevar una vida lineal, aislándola de sobresaltos y emociones.
Incluso hay etapas en las que caigo en el error de obsesionarme con llevar a rajatabla hábitos, hasta tal punto de no percatarme que de este modo tan sólo me dedico a ver la vida pasar.

¡ Oh! Pero, ¡ malditas hormonas que hacen temblar mis entrañas, estúpidas ganas de soñar, que hacen temblar mi cotidianidad!

En un abrir y cerrar de ojos los rincones de mi vida se vuelven angostos, y me veo recorriendo sin cesar estos alveolos que son mis costumbres y vicios, hasta que tomo conciencia de que todas esas cosas que antes me reconfortaban ahora me arden cuan hierro candente, devorándome la vida, la carcomiéndomela y volviéndomela gris.

Mi reino por un deseo en esos críticos momentos, que mi vida fuese como un Old- Fashioned.
El origen del Old- Fashioned data de 1880 en el Pendennis Club de Louisville, Kentucky. Y de ahí fue llevado a Nueva York cuando un miembro de dicho club, el coronel James E. Pepper lo llevó al bar del Waldorf- Astoria Hotel.
Hay dos filosofías con este cóctel, los partidarios de la receta clásica, una simple combinación de whisky, azúcar y bitter. Y los partidarios de añadir más sabor añadiéndole fruta machacada.
Personalmente, me declino por la primera vertiente, un claro ejemplo de que en muchas ocasiones, la sencillez esconde en sí misma un amplio abanico de gamas y matices que muy pocos son capaces de apreciar.

En los últimos años me he dedicado a recopilar en mi memoria un sinfín de recuerdos, sensaciones, colores, aromas y sabores.
La entreno para cuando todo quede a oscuras, el día en que mi retina deje de percibir luces, sombras y formas, mi memoria estará repleta de éstos. Y precisamente ahí radica mi esencia, en ese montón de colores y sensaciones que guardo con recelo en mi mundo interior. Gusto de dejar que mi imaginación vuele hacia regiones que la realidad y el sentido común no conciben, disfruto mientras pasea por las nubes, lejos del mundanal ruido.

2 onzas de whisky rye o bourbon: 
El whiskey rye es el whiskey estadounidense por excelencia, antes de que se implantase la Ley Seca era prácticamente el único que se consumía en Estados Unidos. Durante esta etapa de sequía alcohólica, se dejo de producir este whiskey. Y hace sólo unos pocos años que el rye volvió a irrumpir en muchas barras. La vuelta de un clásico, un whiskey robusto, sobrio y hasta me arriesgaría a decir que austero si lo comparamos con el bourbon. Un whiskey especial hecho para  el disfrute de gente especial.

Es evidente que me decanto por usar rye. Sí, soy austera y seca por fuera, como algunos me han descrito, un encefalograma plano, y sólo unos pocos, los que se molestan en mirar un poco más allá, los que descubren mis colores interiores.


1/4 de onza de sirope de azúcar y 3 dashes de bitter:

Pequeñas dosis de sabores tan antagónicos a la par que complementarios entre sí. Porque todos tenemos algo bueno y algo malo, las virtudes y defectos que matizan nuestra esencia.
El papel de estos dos potenciadores del sabor en este cóctel es realzar, aun más sin cabe la belleza interior del rye, sin ornamentos que lo recarguen, respetando la esencia y la singularidad de este whiskey.


Otro dato característico del Old- Fashioned es su método de elaboración. Hay que mimarlo. Enfriarlo poco a poco, sin prisas, verlo crecer, observar como coge forma su personalidad. Sacar sus matices para culminarlo en un vaso on the rocks con la simple decoración de un twist de limón. Y así presentarlo, perfecto al consumidor.


Entreno a mi memoria, para que se llene de colores, para que reproduzca los aromas. Sé que estoy aquí, justo aquí dentro, aunque sólo unos pocos sean capaces de ir más allá para ver mi mundo interior. 

martes, 4 de septiembre de 2012

The End... By Javier Caballero, y la historia de un disparate.


Anoche me desperté tremendamente asustada, soñé que mi imaginación perdía sus alas. No volaba como acostumbraba, ya no podía acudir a rincones a los que solía acudir cuando gustaba de aislarme de la realidad. Hay momentos en los que me siento menos libre, menos yo. Y es entonces cuando buscaría isla desierta en la que perderme. Un pequeño paraíso donde cobijarme de la realidad que se vuelve cruda a ratos.
Un recoveco donde los imposibles se tornan posibles, donde mi imaginación se esparcía a sus anchas haciéndome sentir libre, así era cuando lo que escribía era más yo y menos nadie.
Pero desde anoche, ¡ horror! Mi “ Nunca Jamás” se había esfumado, y  sin él final se acerca, sin prisa pero sin pausa. Sin él siento que mi vida es la historia de un disparate. 

“ Que no cunda el pánico”, pienso. No puedo desistir en su búsqueda, y si no alternativas para que vuelva. Hay un cóctel que me recuerda esas épocas en las que volaba, corría y gritaba a mis anchas, me recuerda que alguna vez fui libre. Es el cóctel de un amigo, creado para una ocasión especial, The End by Javier Caballero.
Y junto a él este monólogo de alcoba:

Disparate es lo que pasa cuando parece que los astros se confabulan para que tu pedacito de paraíso, tu paz interior, se desmorone. 
Disparate es cuando deja de tener sentido lo que haces, o ver cómo se agolpa ese fluir de sensaciones y emociones por dentro y no encuentras el modo de expresarlo.
Otro disparate es cuando te das cuenta que has estado viviendo una historia imaginaria, con una persona imaginaria, disfrutando de placeres imaginarios que hacen palpitar ese corazón que cada vez tengo más dudas si es real o no, si realmente siente o está ya tan machacado que no es capaz de evocar emoción alguna.



2 oz. Tequila Añejo Calle 23:

Los tequilas de Calle 23 se producen en pequeños lotes, con doble destilación.
Madurados durante 6 meses en barricas de bourbon, lo que le confiere al tequila un sabor suave, limpio y con notas ahumadas.
El tequila añejo en concreto tiene un color ámbar, con mucho cuerpo, aromas fuertes densos tales como la vainilla, el café y el roble.

Tequila, agave... Ese sabor astringente, que si bien deja un regusto entre amargo y seco, no termina de desagradar, simplemente uno se acostumbra. Es el que me deja cuando recuerdo que todo era perfecto, mi vida era como una habitación donde todo estaba colocado y diseñado cuidadosamente para que mi realidad y mis emociones fuesen perfectas, pero un buen día quise sentir el viento en mis mejillas y abrí la ventana. Sí, conseguí sentir el aire en la cara, pero esta ventolera lo ha dejado todo patas arriba.... Y ahora no encuentro el modo de poner orden.

Así que tequila, tequila y más tequila, ya está bien de regodearse en las penas sin buscar las soluciones. 


Foto realizada por 30f4
2 barspoon de azúcar de vainilla y bourbon, y cuatro granos de café Etiopía Mocca:

Vainilla, bourbon y café aromas muy característicos, con personalidad propia. Olores inconfundibles que , aun y estando mezclados se distinguen perfectamente entre ellos. 

Dulzura es el sabor que se me queda en la boca cuando recuerdo la facilidad con la que salen las palabras en mi mente cuando dejo a  mi imaginación libre... Ya son muchas las palabras se agolpan en mi cabeza, sentimientos en mi corazón. Aunque parezca que ni siento ni padezco, pues tengo una especie de interruptor que se conmuta automáticamente para bloquear su salida al exterior... Vainilla, bourbon y café, para dar rienda suelta a la cabeza y al corazón.... Así que tomo aire y... Uno, dos, tres... Decirte que te pienso más de lo que piensas, te siento más de lo que crees, y te quiero más de lo que imaginas.

2 Dash de Brandy Bitter ( by Liquid Experience) y un dash de bitter cacao:

Aromatic Bitters, lo que en sus comienzos fue creado como remedio medicinal, pasó a convertirse en un ingrediente fundamental en muchas barras. Utilizado para aderezar muchos cócteles , los cuales cobraban un brillo especial con un simple dash de estos pequeños frascos con tan potente sabor, un toque sutil que marcaba mucho la diferencia. Por ello su consumo se disparó, hasta que llegó la Ley Seca donde su consumo cayó en picado pues era prácticamente imposible conseguir estos pequeños frascos debido a su alto contenido alcohólico.
Y en los últimos años su consumo ha sufrido un ascenso vertiginoso, para llegar a ser otra vez en ingrediente esencial en nuestros cócteles.

Bitters, ese es el regusto amargo que te deja el discernir qué origina toda esa vorágine de disparates... Encabezando la lista estás tú mismo, por permitir que juicios y condenas de terceros que creen conocerte mejor que tú, te intoxiquen las entrañas.
Pero el tomar consciencia de la verdadera forma de algunos de los que te rodean... Eso duele.


En vaso mezclador se añaden todos los ingredientes y se remueve hasta que se haya disuelto bien el azúcar. Luego se añade hielo y se remueve para conseguir la temperatura deseada.
Se sirve en vaso on the Rocks, con un twist de naranja y una onza de chocolate negro como decoración.

Se da a escoger al cliente si quiere notas ahumadas en su trago, en caso afirmativo      ( como sería este) se aromatizan los hielos del vaso on the rocks con humo producido por un purito de vainilla, café y bourbon... Déjate intoxicar sólo por buenos humos, no vuelvas a dejar que lo hagan terceros que corten tus alas.

Y ahora sí, que se pare el mundo, que se detenga la realidad... Unos instantes para disfrutar de este placer amargo... Mmmm, ya vuelvo a divisar el camino hacia mi isla desierta.

lunes, 16 de julio de 2012

Jack Rose... Cuando las naranjas se convierten en manzanas


¡ Qué bonito es todo esto del amor! El Sol brilla, las nubes se levantan, los pajarillos cantan... Todo tiene un color y un brillo especial ¡ Y cómo creemos tocar las estrellas con la mano!
¡ Qué bonito cómo nos han pintado nuestras vidas! Encontrando y estando por siempre junto a nuestras respectivas medias naranjas.


 Todo gira en torno a esa otra mitad que nos ha faltado durante largo tiempo, y que ha aparecido como si de un redentor se tratase. Esa media pieza de fruta que nos complementa, la que nos a sal a nuestras vidas. 

Esa otra persona a la que ansiamos encontrar para así comer perdices hasta reventar por el resto de nuestras vidas, amén.
Sí, sí, hasta aquí todo muy bonito, precioso. Pero a mí que alguien me explique por qué mi media naranja, de repente, un buen día se convirtió en manzana.
¡ Qué desfachatez! Con lo que quise a mi media naranja. 
Tras años de intensa búsqueda, de anhelarla; por fin la había encontrado. Una media naranja, con ese aroma fresco, dulce, ese color vívido y un pequeño toque que uno nunca sabe cómo definir, pero que hacía que una tuviese esas mariposillas en el estómago y le diesen chispa a mi vida.
Y una buena mañana, abrí los ojos y me encontré con una manzana verde, regordeta y ácida. Si bien su sabor no era del todo desagradable, era una manzana bastante difícil de digerir. No es que fuese ni mejor ni peor, no quiero desprestigiar a las manzanas, simplemente no era mi media naranja, ya no tenía el sabor al que me tenía el sabor que del que me había enamorado.

Recapacité ante tal extraño suceso, y me di cuenta que simplemente me había acostumbrado tanto a la presencia de una fruta a mi lado que no supe ver que ésta había cambiado; digámoslo así, se había vuelto rancia. O simplemente siempre fue manzana y víctima de mi obsesión me obcequé en que fuese naranja
Ante chasco semejante no puede aguantar su sabor ácido y mis malas digestiones, por lo que opté por apartarla de mi camino.
No obstante, no me rendí fácilmente, seguí buscando mi media naranja y lo único que he encontrado hasta ahora han sido manzanas, en casi todas su variedades, eso sí, pero manzanas al fin y al cabo.
Y digo yo, ¿ a quién debo reclamarle mi media naranja? Pues para colmo, miro a mi alrededor y sólo veo naranjas con naranjas,  y no paro de hacerme la misma pregunta, ¿ por qué lo único que he tenido yo son manzanas?
Sí, ya sé lo que estaréis pensando: “ Si la vida te da limones, hazte un Whisky Sour... Pues ya que te da manzanas aprovéchalas.”
Pues eso es precisamente lo que voy a hacer, un buen Jack Rose.
Así que, para mis manzanas va este Jack Rose:
1 1/2 oz. de Applejack
El applejack es una bebida muy parecida al Calvados, cuyos orígenes se remontan a la época colonial en Estados Unidos.
Con total probabilidad, ésta fue una de las primeras bebidas destiladas en el Nuevo Mundo.
Entre el s. XVIII y s. XIX, el applejack se producía desde Nueva Inglaterra hasta Nueva Jersey.
Una de las únicas marcas que quedan en el mercado es, Laird & Company, la cual sigue perteneciendo a la misma familia que lo inauguró.
Porque hay que aprovechar todo lo que la vida te da, lo bueno y lo malo. Si lo que quieres son naranjas y resulta que la vida te da otra cosa, tienes dos opciones: conformarte y soportar a tu lado cualquier fruta, por el simple hecho de tener alguna a tu lado; o bien, volver a lanzarte a la aventura, enfrentarte a la soledad, aprender a quererte y a disfrutar de las pequeñas cosas que te da la vida. Y quien sabe, puede que la próxima vez encuentres la fruta que deseas.
3/4 oz. zumo de limón:
Son épocas de mucha acidez para que lo vamos a negar, etapa de altibajos cuando nos aventuramos mar adentro en el océano de la soledad y no sabemos lo que nos vamos a encontrar.
Tienes dos modos de tomártelo, como un camino angosto, imposible de superar sin tu dosis habitual de fruta, y como consecuencia vivir en la mayor de las angustias; o como una nueva aventura, una multitud de puertas que se abren ante ti.
Tú decides si aceptas el riesgo o no.
3/4 oz. sirope de azúcar:
Rodéate de todo lo que te haga sentir bien, aleja de ti todo lo demás. 
Es duro romper con el pasado, es doloroso, es difícil... Nadie lo va a negar. Pero hay momentos en los que debemos tener el valor de hacerlo si lo que queremos es dar pasos hacia adelante.
De nada sirve ser conscientes de que no somos felices, que queremos cambiar nuestro presente, si luego no somos capaces de dar el paso, pues de este modos haces de la vida un infierno..
1/4 oz. granadina:
¡ Mucho cuidado con este ingrediente! Pues al igual que pasa con las medias naranjas, ya no se encuentran bebidas de granadina como las de antes. Ahora lo que más abundan son las aguas azucaradas con colorante artificial. La verdadera granadina proviene de la granada, y por tanto sabe a esta fruta.
No aceptes bajo ningún concepto versiones edulcoradas de lo que podría ser, acabarán haciendo de tu vida una farsa.
El método de elaboración es bien sencillo:
Todos los ingredientes se agitan enérgicamente en coctelera; el mejor ejemplo de lo que significa pasar por una etapa de agitación máxima.
Se sirve en copa de martini, al igual que un felino debemos saber caer de pie. No dar muestras de nuestro espíritu cabizbajo, por caer en el error de creer a ciencia cierta que no hay ser humano en la faz de la tierra que sufra, ni haya sufrido más que nosotros.
Podría escoger un gran final, con una fulminante conclusión que desate lágrimas y amargos recuerdos, que solucione problemas y alivie las penas... Pero no lo hay, o por lo menos yo no lo he encontrado.
Pero sí puedo aconsejarte lo siguiente: sigue tu camino, atrévete, tropieza; y nunca, nunca olvides levantarte y volver a seguir.
Descubre el placer de sentir la lluvia en tu cara, aprende a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, no te encierres en tu amargura. Equivócate una y otra vez, porque nadie mejor que tú, para ayudarte a aliviar tus penas, es una cuestión de concienciación.
Y ten en cuenta que el mundo no se parará por ello.
Tómate las cosas con humor, no para restarles seriedad, sino para que te dejen de importar. 
Y sobre todo porque ya es hora que empieces a disfrutar de la vida por ti, y no hagas que dependa de nadie más.
Con mis años y experiencias, no puedo asegurar que alguna vez haya tenido a mi media naranja a mi lado. Y si hay algo que tengo claro es la fruta que quiero a mi lado.
Con los años que me quedan, dudo que la encuentre.
¿ Doloroso? Ya no. Es curioso como sufrimos de nostalgia por algo que puede que nunca hayamos tenido.